jueves, enero 26, 2006

Ni Golpes, Ni Caricias





















Tus manos atormentaron mi rostro.
Él sólo quería tus palabras, tus razones, que explicaras que te sucedió en el camino a mí...
La ebriedad de mi despecho fue tan irracional... pero soy lo que hiciste de mí.
Alguien que no me debía su tiempo me dijo: Cuídate, nadie puede dañarte, sólo tú lo haces...
Pero cómo hacerles entender que añoraba tanto tus caricias
¿Era eso mucho pedir si fueron mías tanto tiempo?
No olvidaba el deseo que brotaba de tus manos por romper desquiciadas la piel que cubría mi desnudez... la máscara aprendiz de la mentira.

Hoy no ansío ni siquiera eso. Estoy paralizado.

No quiero ni golpes, ni caricias.

Pero tampoco quería que fueras un espacio perdido, muerto, vacío... en mi historia... la nuestra.

Ahora me odias. Y el odio es amor sin perdón, según oí.

Ni golpes, ni caricias, ni perdón.

¿Qué nos queda entonces?

Dijiste. estás solo. Te equivocaste nuevamente. Estoy conmigo.

Pero tampoco soy feliz, aunque ahora ya no se deba a ti.

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderBorrar
  2. es un estado de netralidad
    ya no sientes nesecidad
    todo termina,
    y vuelve a comenzar
    es un circulo vicioso
    pro vuelves a kreer y caes nuevamente...en fin
    me gusto...es interesante

    ResponderBorrar