jueves, marzo 20, 2008

Viaje



Dos espasmos y la vida se vuelve un beso.

Un estornudo y mi piel se distrae,
pero vuelve, siempre vuelve...
Nada en ti persigue los mapas que construimos.
Nada en mí, se queja si quedamos juntos a la deriva .

El corazón de la palabra atacado por la intriga
se hizo piedra.
La manija de los días se venció al contacto
de unos dedos de mentira.
Y yo quedé en la mira de las hordas clandestinas,
regurgitando palomas,
rogando silencio en mi silencio...

Mientras tú,
no entendías ni un ápice de mis plegarias,
tan sólo nadabas en el fulgor de mis mejillas.
derrocando los aromas que colgaban de mi boca.
A veces me pregunto
¿porqué entonces me quedé en tus bolsillos...?
y es que es esa imperfección la que aún amo,
la de olvidarme en aquel viaje,
en que fui bitácora y destino
y en el que hoy
soy sólo parte del camino.

miércoles, marzo 12, 2008

En cursiva


Presiono la pluma con cierto ardor en los dedos.
A veces me sucede que la tinta se confunde con mi carne
y la paradoja se hiende en mi sangre.

El grafitema perdido,
hecho cedazo en la piel,
respira herido.
La pluma danza indecorosa sobre él.

El temblor de la letra se defiende de los miedos.
El reflejo esquizoide de mis manos se diluye.
Y arremolinada en desprecios,
embebida en veneno,
la escritura de la historia se desarma.

Abro un capítulo nuevo,
después del sacrificio.

Ya respiro en cursiva.

viernes, marzo 07, 2008

La culpa es de uno...


La culpa es de uno.

¿Llorarte para qué?
si una lágrima no alcanza a comprar la calma de los pies derrotados.

El rubor de la inocencia
se confunde con la lujuria de un recuerdo acariciante
y ni así se hace lumbre el silencio;
ni así se vuelve huella la pisada.

La culpa es de uno...

La fosa en que se guarecen nuestros cuerpos,
huele a tiempo resecado, al deterioro de nuestros labios,
a palabra muerta, a mirada añeja.

Y yo que me sentía seguro de la sombra y el canto
desnudando con ayuda de la brisa el dolor de nuestro tiempo.

¿Llorarte para qué?
Si la piel se volvió de piedra al contacto de la noche.
Si la culpa es de uno cuando no se vuelve a la seda que el rocío fabricaba en nuestro beso.

La culpa es toda de uno...