miércoles, julio 04, 2007

El Secreto Del Mar



El secreto del mar está,
no en su inmensidad,
no en su profundidad,
no en su quejido ronco y austero.

El murmullo de sus rocas,
la letanía de su llanto de viuda amanecida,
la sorna de su espuma acariciando la arena dormida durante el día.
El secreto lo guardan ellos...

Nada esconde mi cuerpo adolorido
a esa mole omnisciente,
que se hace reseña de plata en la orilla,
historia de viento golpeada por el agua salada.

Yo apenas soy murmullo de ola
levantando oído al vaivén de la marea,
soy apenas espía de la playa desnuda que esconde su silueta.

El secreto del mar está en su silencio de atardecer tardío.
Lo guarda la noche... con su muerte de marinero desaparecido.
lo guardas tú, con tu túnica de tul azulado.

lunes, mayo 21, 2007

Gota De Cielo



Un segundo a tu lado
y el mar se hizo espuma.

Desvanecerse en un instante es abrir la mano y que la burbuja-mariposa huya de ti.

Una estrella de gel lubricó el horizonte justo antes del atardecer.
Hizo de la oscuridad un deseo menos doloroso,
pero
¿Y yo qué hago con este sol que no se pierde?

Estoy hecho de escarcha,
de plata,
de sal.
Extremidad de roca enraizada en el charco.

Soy una gota en medio de este cielo.
Soy una gota de cielo.
Caeré.
Caeré.

Que sea en tus manos,
en el canto de la mañana.

La risa se me voló como mariposa.
La espuma huyó de mí.
¿Podrá volver a posarse en mi nariz?

Quizás solo desvarío.

Y es que cada día,
El olor de tu mañana revolotea en mí.

viernes, mayo 18, 2007

Drama



El disfraz tras el disfraz.
La máscara.

Rompí en aplausos cuando apareciste en escena
y aún no decías parlamento alguno.

Se quebró un espejo y el público quedó en éxtasis.
Yo mordí el anzuelo.

Escribí algunas líneas para ti,
tú actuabas mirándome a la cara.
¡Qué momento más efímero,
Qué escena más eterna...!

Trituraste tus huesos ante todos
y musitaste apenas, pero nadie opinó.
Sin embargo, se elevó a la fuerza una paloma herida y lloramos todos.

Me sentí incomodo.
Catarsis era. De seguro era.

Dieron los créditos,
hubo un par de silbidos,
alguno que otro intento de aplauso
y ni siquiera nos nombraron.

Ni siquiera nos nombraron.

miércoles, mayo 09, 2007

Sángrame


Sángrame,
libera a horcajadas tu saliva amarilla.

Esputaré la mórbida elegancia de tu risa,
el secreto a voces que hace gala de mi silencio.

Sángrame,
abandona la estructura percudida
que cuelga de esta soga.

La piel de otros se destiñe en mis manos.

Coagula, recogida de la mano de la prisa,
de rodillas, suplicando, pidiendo perdón.

Sángrame,
y aléjate.

jueves, abril 26, 2007

Sé Que Quieres Morir





















Sé que quieres morir... (sé morir)
Cuando las gotas de tu sangre resuenen en mis labios
se abrirá una puerta y el mar irrumpirá.

El oleaje se lo llevará todo,
hasta la brisa y el trueno,
se fracturarán las horas y cada segundo se hará eco en mí.

Los ojos afiebrados delatarán la distancia
forjada entre la vida y tú (entre la vida y yo).
Y yo deliraré...

Habrá delirio en mis voces,
en mis manos hipnóticas,
en mi andar de sombra perdida.

Sé que quieres morir... (moriré también)
Seré flor cuando tu deseo se haga mar
y navegaré desnudo en homenaje a tu sangre y a la mía.

miércoles, febrero 28, 2007

Triste





















No soy un chico malo,
es sólo que a veces no tengo vocación de hombre feliz.
Por eso me encierro en mi habitación de niño feroz
y destruyo con miedo los juguetes que la historia me regaló.
La ira me lleva a desarmar las piezas de cada uno de ellos,
recuerdo a recuerdo, para luego martillar con gritos su presencia.

Con los ojos desorbitados, las manos enquistadas en la boca,
la saliva recogida como mar sobre mi lengua, con la voz oculta...
Golpeo y jadeo, revolcándome en tu silencio de madre ausente
hecha mi sonrisa infante, una patética mueca solitaria.

Pero me niego a ser eco del llanto que no te sale.
Me niego a devolver la distancia que me hizo hombre;
a devolver la voracidad del deseo que me inició en la muerte.
No soy un chico malo, soy sólo un chico triste...

Cuando deje de destrozar mis uñas enclaustrado bajo mi cama,
ya no buscaré tus manos, tu arrullo, tu regazo...
Cuando deje de quebrar el mundo alrededor... lloraré definitivamente.
Será la última vez y la primera.

lunes, enero 15, 2007

Bésame
















El beso de tu boca se me cuela incesante entre los labios.
Un beso consagrado al amor de tus manos recorriendo mi rostro.

Tu beso me endulza el deseo, carameliza mis ganas y me derrite entero.
El beso de mi boca se guarda sagrado en tu mirada de plata,
brillante y noble como para no poder ofenderla jamás...

Y es que te beso y me besas y en cada beso
la virgen nervadura de nuestros cuerpos se crispa golosamente
hasta devolvernos al espacio del que nunca debimos escapar.

Recuerdo tu beso de espóras,
viajando en el viento hasta encontrarme y fecundar mi piel...
Recuerdo mi beso de abejas,
siempre buscando la flor más dulce, la más deliciosa... la flor de tu cuerpo.

Besa el tiempo que me anida;
besa mi dimensión espacial por completo.
Besaré tu cuarto de mundo de rodillas si me lo pides,
pero a cambio...
sólo bésame.

martes, enero 09, 2007

Vanidad




















En la piel tengo anclada la mala costumbre de sentir que todo es mío.
Que no puedo perderte,
que la fe en mis abrazos basta para que no te escapes.

Que cada mirada tuya recala en mí,
que cada sonrisa tuya nace de tu vientre agradecida de mis besos.
Que el egoísmo era la mejor manera de hacerte sentir feliz.

¡Qué vanidad!
Ahora mis lágrimas me explican lo torpe que fui.

¿Cómo dormir seguro de tus manos si me deshice de ellas dedo a dedo?

¡Vanidad! ¡Vanidad!
El ego subido al cielo y golpeado en la cabeza hasta partirlo en mil.

Ahora heme aquí,
doblegado por tu ausencia.
Imprudente de mí.
La nocturnidad de tu olvido me dirá cuánto valgo realmente.

¡Cuánta desdicha nace de mí!
El ronquido sordo de tus tactos ya no arrullará mis sueños.

¡Vanidad!, ¡Vanidad! Culpable vanidad...

El Mundo Al Revés



















Y tus manos se escondieron y me dejaron en penumbras.
Solitario, yo que nací entre tantos.
Yo que esperaba tanto...
me quedé en el camino con el alma desarmada.

Los latidos del corazón fueron sólo un reflejo del miedo;
una cápsula de vida que se negaba a morir.

Yo que efervescía como tantos.
Yo que me movía entre respiro y respiro.
Hoy soy sólo una mueca gigante de frustración...
me perdí a mí mismo.

Yo que me protegía del mundo como tantos.
Yo que me cubría de espejos para ahuyentar el dolor.
Se me dio vuelta el mundo,
se me vacío el vaso de la certidumbre
y terminé bebiendo del piso el agua de la muerte.

Yo que amaba como tantos y entre tanto,
me destruía inexorablemente.

Puñalada
















Al filo de la navaja conversé tu nombre y el mío
y el equilibrio precario en que nos mecímos provocó cientos de heridas
tan certeras en mi piel...

Me penetraste insensible con la misma daga con que afilaste mis sueños
y me desangré incesante hasta convertir mi sangre en un riachuelo de despechos...

Todo el tiempo fuiste tú... todo el tiempo fui yo.

¿Cómo se puede vivir dando tumbos asesinos a diestra y siniestra;
atacácandole la sombra a quien te entrega lo que no le sobra?

Nos enlazamos de pies y manos;
rompimos los pliegues que escondían nuestras llagas...
quedó al descubierto una mentira tan profunda
como la grieta que hoy produces en mi carne.

Tu boca fue una puñalada;
tu aliento el veneno que me robó las ganas.

domingo, enero 07, 2007

Celebración















Un carnaval de besos estoy organizando para celebrarte.

Quiero decorar el cielo de tu boca y de la mía.
La procesión ha de colorear el espacio en que nos unimos.
Fue hace un día, dos, tal vez toda la vida.

Lo bello es y será tu palabra segura,
tu nombre tatuado con espejos que reflejan infinitamente cuánto te pertenezco.

Hoy quiero una fiesta a tu lado,
sin más invitados que tu piel y la mía...

Quiero resolver con las luces de tu presencia,
la sombra de una ausencia que me hacía horrible.

Por eso debo celebrarte en el cielo,
abrir en las nubes un arcoiris de labios arremolinados
apasionados hasta la gloria,
que te aseguren la necesidad que tengo
de no perderme el oxígeno que tus brazos me provean.

Un carnaval de besos estoy organizando para ti,
para celebrar este tiempo nuevo de esperanzas diseminadas por el aire.
Un aire que tú generas,
un aire coloreado de amores,
un aire que me da la vida que me faltaba.

Amo la voz que me nace enamorada.
Amo la celebración que nos merecemos hoy... amo que me ames.

lunes, enero 01, 2007

Besos

















Tocaste mi hombro.
Volteé y te miré a los ojos.
¿Cómo explicar la fuerza con que el corazón repetió tu nombre?
El eco de los besos que aún guardo de ti se sublevó y abandonó mis labios.

¿Qué hubiese dado por el sabor profundo que desprendía tu mirada?

Tu abrazo fue eterno y me hubiese quedado aún más,
revuelto entre tus besos, si hubieses querido adueñarte de mi boca.

Besos, besos y más besos...
Besitos inmensos.

Dame un poco de la inocencia que ya no me queda.
Bésame con la ternura que te nace y en mí está dormida.

Frente a ti sentí que el resto desaparecía de a poco.
Tu boca gobernaba el universo que me quedaba...

¿Qué me hizo falta para retenerte en mis labios?

Quizás nuevos besos.

Besos, besos y muchos más besos...
besitos inocentes.

Libres de las manchas de otras bocas.
Libres del odio que tu boca y la mía han regurgitado tanto tiempo.

Besos, besos, besitos...
Démonos mil y más.