sábado, septiembre 30, 2006

A Esperar




















Atravesé solitario la sordidez de las avenidas narcóticas.
Crucé miradas con el enemigo,
como chiquillo de doce en una plaza sudorosa y hambrienta
a la medianoche...

Pisé el césped prohibido y la ruta corrupta
entre los arbustos que rasgaron mi cara de inocente desafiado.

Pero no cedí.

Tacones duros y pesados evadí
(La teconología del engaño en las esquinas,
me observó como presa fácil).

El veneno de la noche quería lubricar mis venas y no lo dejé,
aunque muchas veces (no lo niego) su sabor rozó mis labios.

He querido apagar la luz de las calles tantas veces...
enmudecer.
Que las ráfagas del silencio recorten toda voz
para amanecer abrazado al pavimento, pidiendo su paz.

Pero aparece tu mirada.
E indefectiblemente, se aparece mi risa.
Nuestra complicidad renace.

Y corro.
Corro hasta ahogar con mi sudor
el llanto de la ciudad que dejo atrás.

No voy a quedarme a morir sin ti.

Sigo el camino que dejaste en mí,
a esperar que al final del trayecto nos hallemos.

martes, septiembre 26, 2006

Amor A Primera Vista




















Mírame,
no dejes de verme.

Si crees en el amor a primera vista,
no cierres los ojos
cuando me acerque a ti.

Y es que no hay puente que soporte esta distancia...
Ni abismo al que le sirva convivir con esta muerte.

Yo te amo.

Te esperé dormido
queriendo apagar el ruido que provocó tu ausencia.
Me entregué perdido,
vacilante, vencido...
masticando el sueño, la demencia.

Mírame,
no dejes de verme.

Si crees en el amor arrepentido al final de este camino,
no cierres tus brazos cuando dé vuelta la espalda...

sábado, septiembre 16, 2006

Mi Saliva Se Quedó Con Tu Sangre




















A mordiscos te arranqué la soledad que traías en la boca.
Me bebí el miedo que exhalabas frío como la sal.
Dormí en los retazos de tu cuerpo que despedían azufre,
y en cada gesto, doblegué al temor que te nacía.

Fui escudo de plata en tus mejillas abofeteadas.
Desarmé las coronas de espinas en tu corazón.
Hablé con el silencio que te rodeaba y me hice credo,
y en cada plegaria, perdonamos al llanto por lo que nos hizo.

Sin embargo, ahora me dejas descascarado.
Con la fe entre las piernas.

Me devuelves los besos con un dejo de desidia que no puedo evadir.

Yo que me fugué contigo de la paz que nos rodeaba.
Yo que entré en el caos maravilloso de tu presencia clandestina en mí.
Yo que te besé violentamente.

Mi saliva se quedó con tu sangre,
y sólo el sabor de tu olvido se quedó en mis labios...

viernes, septiembre 08, 2006

Te Robé La Voz



















Tus palabras me enseñaron a hablar,
pero tus labios se cubrieron de llagas
tratando de mostrarme la verdad.

Te robé las palabras.

Me guiaste por senderos de piedra,
y aunque no sabía caminar
fueron tus sandalias las que se destrozaron.

Me quedé con tus pies.

Descifraste el enigma en mí,
desnudaste la sangre que me dominaba,
sin embargo quedaste tú en suspenso, tú en penumbras.

Me hice dueño de la traducción de tu alfabeto.

Quedó tatuada en mí tu estrella,
quedó dormida en mí tu palabra,
tú quedaste sin cielo,
sin el sonido del trueno.

Te robé hasta la voz.

lunes, septiembre 04, 2006

Cuando Se Me Acabe La Noche












He sido culpable en este juicio devoto de mi piel,
He sido culpado.
Sin testigos, pero con toda la evidencia a cuestas.

He sido condenable, no hay duda.

Caminar por lo claro es tan difícil sin tu aliento luminoso...
(Si al menos hubiese querido cometer el crimen perfecto).

Las atenuantes no sirven cuando se daña la fe de alguien,
así que merezco la sentencia mayor,
esa que no quita la vida de una bofetada,
sino que la cobra con clara intención de provocar dolor.

Quedaré en silencio sentado en una esquina de mi corazón,
esperando que se me acabe la noche, para echar a andar.

Que se me acabe la noche, ya...