sábado, noviembre 18, 2006

El Ruido Del Volcán


















El silencio al despertar,
cada mañana no es igual.
Una sombra, una señal...
es el ruido del volcán.

Estridencia clandestina,
beso amargo sin saliva.
El desarme, la neblina...
la demencia pervertida.

Olvidado ya el llanto
(sin demoras y sin prisas)
que este dolor desesperado
se abandone en tu ceniza...

Quiero mar, quiero sal....
el dominio universal
de la sangre del volcán sobre mi piel.

Que me hiera la mordedura
de sus dientes sin excusas,
rebalsando comisuras
en ausencia de dulzura...

El ruido al descansar,
cada noche es similar.
Una muerte, un puñal,
es el sigilo del volcán
que me espera al despertar...

martes, noviembre 14, 2006

Play




















Press the button on me...
Play me.

Hear the song appearing in my skin,
the song that I'll never forget.

The music in your voice
makes the sound disappear,
destroying the color of the shades.

Always... I will always be the vibration of your fears.

Always... You'll be the fear (My fear).

The silence exhausted me,
therefore, don't let me be the pause in the row waiting for the choir of the crowd.

Play on me.

Press me,
and then stop my being.

Sin














Me quedé sin aliento.
Sin la sombra ni el sueño.
Sin boca.

Entre ruidos e imágenes de lluvia me debatí.
Se doblegaron mis rodillas y mi sangre.
Sin fuerzas.
Sin alma.
Cedí.

Destrocé mi voz y me quedé sin ella.
El cordón de la nostalgia se cortó en pedazos ante mis manos
y no pude resistir el impulso de la noche sobre mí.

Me quedé sin sabor.

La menta con que refresqué al espacio
se disolvió sin ganas.
Sin coraje.
Sin luz.

Me apagué en silencio.

Me quedé sin aliento.
Sin poema.
Sin la violencia de mi piel.
Me quedé sin ti.

domingo, noviembre 12, 2006

La Atrapé En Llamas












Cuando se me venía encima,
la atrapé en celo.

Seductora la cogí entre los dedos,
iba desnuda, iba en pleno vuelo...

La atrapé en llamas.

Perdí la sensibilidad de mis huellas
cuando intenté robarme su tacto.
Extravié la mirada y el llanto de las horas en ruinas.
Me llené de la perpetua sonrisa endiablada del espanto.

Cogí la sombra de su dolor solar
para transformar en astros las lágrimas que le salían,
pero la iridiscencia de su voz se me quedó en la garganta
y no podía gritar, ya no podía siquiera musitar...

La atrapé en llamas y ardí con ella;
la atrapé en vuelo, ganándome el abrazo de su cielo;
la atrapé para aterrizarla y dejarla nuevamente correr...
en llamas la atrapé y en llamas la dejé.

sábado, noviembre 04, 2006

El Ojo De Dios















El azul ceniza de su mirada se posó en mis manos.

En un tiempo remoto en que la cal y el azufre delimitaban terrenos,
el ojo de Dios penetró en mi interior y transparentó hasta mis huesos.

Las agujas de su silencio me clavaron el alma y desangraron mi culpa.

(Sé que desde ese momento el azul de tu ceniza evitó mi mirada).

Quizás todo estaba escrito.

Un hilo de sangre milenario avanzó y estiró sus raíces.
Hoy, era impensable pero tu hilo se cruzó con el mío.

El ojo de Dios todo lo observa, el ojo de Dios está en tu ceniza.

Polvo al polvo.
Sangre de su sangre.
Por los siglos de los siglos.

El ojo de Dios en tu mirada vuelve a ser un peligro.