martes, febrero 21, 2006

Despiértame


















Estoy enhebrando el hilo de tu boca en mis uñas...
¡Cuánto bien me harían tus besos!
No quiero perdérmelos por la insensata pesadumbre del ayer.

Háblame con ese fuego obsesivo que te nace desde dentro... Hazme sentir tus requerimientos una y otra vez.

Duermo ahora.

Pero me basta tu lengua para despertar con el hermoso grito de tu deseo.

Anda... despiértame.

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