martes, febrero 23, 2010
Yo
Me faltaban alas,
Me faltaba voz.
Me faltaba un moño o me faltaban dos.
Me faltaba el agua después del día.
Me faltaba el rincón donde me escondía.
Me sentía ausente,
un tanto diferente,
perdido entre las faldas de mi madre y el olor a detergente.
Me faltaba un codo,
arrastrado por la tierra.
Una oreja resecada por el lodo...
Me faltaban cuernos,
me faltaba cola.
Me sentía inseguro
encerrado en mi propia costra,
en mi propio magma,
en mi misma cama.
Con mi propio eco...
disparando celos.
Pero seguía siendo yo.
Aburrido de mí mismo,
pero seguía siendo yo.
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