Tengo derecho a cagarme de la risa...
de tu ternura de liquidación de feria,
de tu silueta desdibujada de ser humano.
Tengo derecho a morderme los labios
para no decirte las cosas que quiero
o para gritarlas con rabia y sangre en un beso.
Tengo derecho a romperme el pecho
y liberar a horcajadas melodías incompletas...
estridencias de hombre que no pierde nada,
de estudiante inexperto en las lides del alma.
Tengo derecho a cagarme de la risa...
de tu mirada de niño,
de tu mentira perfecta.
Que no se me acabe la risa...
Que no se me caigan los dientes.
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