sábado, abril 22, 2006

Duelo
















Mis ojos terminaron su duelo.
No sin antes sufrir la virgen negación de la verdad.
Culpar a la noche.
Beber del cáliz y escupir a ciegas.
Sacudir el templo.
Abofetear tu imagen.
Temblar.

Mis ojos terminaron su duelo.
Apaciguando el agua fúnebre que brotaba con olor a estiércol.
Resumiendo el sabor acre de los golpes.
La nostalgia hoy es efímera.
Está anestesiada.
Más parecida a la amnesia que a una reminiscencia de lo que fue.

Mis ojos terminaron su duelo.
Acariciaron la derrota provocada por la venganza masiva de tus labios...
Cobraste lo que creíste el legítimo asesinato de un sueño que ya no satisfacía.
Querías despertar.

Pero antes, hay algo que debes saber.

Con tu partida deportaste mis sobras de tu cabeza para que el olvido resultase efectivo.
Pero ni así, ¿me oyes?
Ni así.

Suplicarás con tierra en la boca, con tierra en los ojos, con tierra en las manos...
que te perdone la boca, los ojos, las manos...
Pero ni así, ¿me oyes?
Ni así.

Me cagaré en mi puto orgullo.
Me cagaré en tu puta vanidad.
Y no cederé.
Ni con la mierda al cuello... cederé.

Hoy, mis ojos terminaron su duelo... para no verte más.

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