miércoles, marzo 01, 2006

No soy...















No soy.

Porque cuando era, estaba donde no llegaba nadie.

No soy la cara ruborizada que desatendía el exceso de afecto que rozaba en tus palabras... (por vergüenza).
No soy la piel que se encrispaba al roce de una mirada tuya llena de deseo... (por pudor).
No soy aquellas piernas que se desvanecían si una de tus manos pretendía atacarlas delicadamente... (por miedo).

No soy.

Porque cuando era, era contigo, aunque fuese independiente del aire y del agua, de la luz y el abrigo, era siempre contigo.

Ahora no soy. No puedo ser, pues no puedo ser lo que quería...


Tarde entendí que sólo yo jugaba este juego macabro. Y debía saberlo.

¿Cómo aprender a amar sin dañar, si uno va dañando cuando ama?

Tú me diste la evidencia. Yo sólo no quise verla.

Mientras era en ti, no tenía ojos para el daño.

Y es que aún no me resigno. Sin embargo, sé que ya no seré en ti, porque soy sólo en mí... en mí, que eras tú, aunque no acusaras recibo.

1 comentario: