Al morir la lluvia, se delata una lágrima que actuaba en mi cara como una marioneta...
Y es que queda vulnerada en un rostro vacío que no expresa nada más que tu ausencia.
Los pasos de un patético baile que aprendió de un beso hecho a la nada, le hicieron caer vencida e inexorable.
Ahora está sola, expuesta.
Una lágrima que fue valiente tanto tiempo...
Ahora es el mártir de un amor inconcluso... desvelado.
Murió la lluvia... murió la lágrima... y tú con ella.
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