martes, enero 17, 2006
Niño
Le regalé tu boca al olvido... para que no me duelan más tus palabras.
Si creías que esto iba a ser eterno, erraste... hasta los besos se cansan.
He recorrido nuevos senderos en busca de la piedra que me permita tropezar de una vez, golpearme la cabeza y en el delirio amnésico de la caída sacarte para siempre...
Pero no pensé que en esa búsqueda frenética la piedra la hallaría en tu boca.
Vomitaste los recuerdos y con ellos lapidaste mi espalda... las piedras cayeron al unísono en mi columna y derrotaron la estructura que te sostenía en mí. No fue el golpe... fue el ruido.
Ahora soy libre.
Puedo ser feliz.
Soy un niño.
Tenías razón.
Un niño que hoy puede caminar lejos de ti.
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